La Policía Municipal de Bilbao aconseja al comercio que recurra a la
seguridad privada.
El Ayuntamiento dice que ha reforzado las patrullas en la calle, pero
no puede «vigilar negocios privados».
La Policía Municipal de Bilbao ha aconsejado a los comerciantes de la
zona centro -Indautxu y Abando- que recurran a la seguridad privada
para evitar los robos en sus establecimientos.
La medida se enmarca
dentro de la campaña emprendida por la concejalía de Seguridad
Ciudadana para atajar la oleada de hurtos que han sufrido decenas de
tiendas del distrito 6.
El plan, que prevé reforzar la presencia
policial en las calles y facilita la tramitación de las denuncias,
viene a responder a la primera de las preocupaciones de los
bilbaínos, según las propias encuestas del Ayuntamiento: el aumento
de la delincuencia.
A través de un tríptico, que ha sido distribuido por la Agrupación
Bilbao-Centro, la guardia urbana llama la atención sobre los aspectos
en los que los dependientes deben fijarse para evitar ser objeto de
este tipo de ataques y contempla una serie de recomendaciones que
incluyen la contratación de personal de seguridad privado.
El hecho
de que la defensa de la propiedad se deje en manos de una empresa ha
desatado las críticas del PSE, cuyo candidato a la Alcaldía, Txema
Oleaga, pidió la inmediata retirada de los folletos.
«Aconseja contratar personal de vigilancia y eso quiere decir que el
Ayuntamiento reconoce su propia incapacidad para proteger el comercio
de nuestra ciudad», denunció. La propuesta tampoco ha gustado a UGT.
El sindicato considera que la recomendación «deja traslucir una
enorme falta de confianza en la prestación del servicio público,
mostrando su desprecio a la propia institución policial».
El área de Seguridad Ciudadana, sin embargo, no entiende que el
consejo suponga menoscabo alguno a la guardia urbana. «Los agentes
municipales no pueden entrar dentro de las tiendas a vigilar si hay
alguien robando.
Es un negocio privado y esa labor les corresponde a
ellos», se defendió un portavoz del departamento, que puntualizó
que «la presencia de los policías se limita al exterior».
Competencias
Los sindicatos ELA y SVP incidieron en el hecho de que los agentes no
pueden patrullar dentro de los establecimientos y desmintieron que la
recomendación de contratar vigilantes privados suponga un descrédito
para el cuerpo.
«Lo que se ha repartido es un tríptico en el que se
dan una serie de consejos y ése es el último. No vemos que se
cuestione la efectividad ni la confianza en la Policía, ni que invada
sus competencias», aseguraron.
El aumento de robos durante los meses de octubre y noviembre de 2006
puso en guardia a los comerciantes de Indautxu.
El gremio, que
incluso emprendió una campaña de recogida de firmas para solicitar
medidas, se reunió con los responsables municipales a mediados del
pasado enero.
En el encuentro estuvieron presentes miembros del
Ejecutivo local, de la guardia urbana y representantes de la
agrupación Bilbao-Centro, que reúne a 450 establecimientos.
El
diálogo concluyó con varios acuerdos, entre ellos, la aplicación de
dos de las medidas que más insistentemente solicitaban los
empresarios: mayor presencia policial y más facilidades para
denunciar los robos.
La primera de ellas, que permite visualizar una mayor presencia
policial en la zona, «creemos que ha surtido efecto, ya que desde que
están, casi no ha habido nuevos episodios», confirmó ayer el
presidente de Bilbao-Centro, Sergio Echevarría.
En cuanto a agilizar
las denuncias, desde hace pocas semanas los comerciantes disponen -
según la asociación- de una hoja de denuncia que pueden enviar
directamente por fax a la Policía Municipal.
«En el caso de tiendas
pequeñas, denunciar suponía para el afectado tener que cerrar para
acercarse a la comisaría y eso desanimaba a muchos», recordó
Echevarría.
Preocupación
De aquella reunión salieron también las líneas generales del tríptico
que ahora ha desatado la polémica. «Les expusimos cómo se cometen los
robos en la actualidad, cómo es el tipo de ladrón y, con ello, se
diseñaron las medidas», reconoció el presidente de la asociación.
Y
es que tanto los cacos, como su forma de actuar ha cambiado
bastante. «Antes era el que tenía pintas raras o los de una etnia
determinada. Ahora no, cualquiera te la lía en un momento.
Lo mismo
un 'pintas', que un cliente que parece de lo más digno. Hay que andar
con mil ojos», reconocía ayer la dependienta de una tienda de
deportes del distrito 6.
Para ella, la idea de contratar seguridad
privada «no es mala» porque «no podemos estar a todo y además, nos
evitaría tener que enfrentarnos a situaciones peligrosas».
La opinión contraria llega de dos establecimientos de mediano tamaño:
una zapatería y una tienda de ropa.
Los propietarios de ambos locales
consideran que «es la Policía local la que debe ocuparse de la
seguridad».
«Yo ya pago por la seguridad. Todos los años abono mis
impuestos y eso me da derecho a que me defiendan», razonó la dueña
del establecimiento de calzado.
Ella, como seis de cada diez
bilbaínos -según los datos del propio Ayuntamiento- considera que «la
inseguridad en la ciudad ha aumentado en los últimos años». «A mí me
han intentado atracar una vez y robar zapatos dos. Y todo en un año»,
reconoció la mujer.
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