El militar había previsto salir de la capital vallisoletana para pasar unos días en el archipiélago junto a unos amigos y, a la vez, asistir al bautizo del hijo de una pareja amiga a la que iba a acompañar en el vuelo del miércoles, pequeño al que iba a apadrinar.

Un cambio de última hora, motivado con asuntos relacionados con el servicio que presta este suboficial en la AALOG, hizo que decidiera cambiar el billete y aplazar al menos una jornada el desplazamiento al archipiélago.

Insistentes llamadas la misma tarde de la tragedia comunicaron al militar que la pareja a la que acompañaría y el niño de ambos, del que iba a ser padrino de bautizo, se encuentran entre las víctimas mortales del vuelo de Spanair que se estrelló en Barajas.